El benchmarking y el análisis de la competencia son dos metodologías poderosas, pero distintas, que pueden marcar una gran diferencia en tu estrategia empresarial.
Conocer cómo se diferencian y cuándo utilizar cada una de estas herramientas te permitirá tomar decisiones más informadas y, en última instancia, liderar en tu sector.
En este artículo, desarrollaremos ambos enfoques, explorando sus características, aplicaciones y cómo pueden ayudarte a alcanzar tus metas comerciales.
Sigue leyendo y descubre cuál es la estrategia ideal para llevar tu negocio al siguiente nivel.
Qué es el benchmarking
El benchmarking es un proceso sistemático que permite a las empresas comparar sus productos, servicios, procesos y prácticas con las de otras organizaciones que se consideran líderes en la industria.
El objetivo es identificar las mejores prácticas, medir el rendimiento actual en comparación con los estándares de la industria y encontrar oportunidades de mejora.
Al implementar el benchmarking, las empresas pueden descubrir nuevas formas de optimizar sus operaciones y mantenerse competitivas en un mercado en constante evolución.
Estos son algunos de los tipos de benchmarking que se pueden realizar:
- Benchmarking interno: se enfoca en la comparación entre diferentes departamentos, unidades o procesos dentro de la misma organización. El objetivo es identificar y replicar las mejores prácticas internas para mejorar el rendimiento en otras áreas de la empresa.
- Benchmarking competitivo: involucra la comparación directa con los principales competidores. Las empresas analizan los productos, servicios o procesos de sus rivales más fuertes para identificar oportunidades donde puedan superarlos o mejorar sus propios estándares.
- Benchmarking funcional: este tipo de benchmarking compara funciones similares en empresas que no necesariamente pertenecen a la misma industria. Por ejemplo, una empresa minorista podría comparar su proceso de delivery con el de una empresa de tecnología para encontrar maneras innovadoras de mejorar su cadena de suministro.
Cómo hacer benchmarking paso a paso
Ahora que hemos cubierto los aspectos fundamentales del benchmarking, es esencial entender cómo aplicar esta metodología de manera efectiva.
Sigue estos pasos para realizar un benchmarking efectivo que te ayude a identificar áreas de mejora y adoptar las mejores prácticas del sector:
1. Identificar qué se va a medir
Antes de comenzar, es crucial determinar qué áreas o procesos específicos se van a comparar.
Puede tratarse de la eficiencia operativa, la satisfacción del cliente, la calidad del producto, entre otros aspectos clave que impacten el rendimiento de la empresa.
2. Seleccionar empresas o sectores a comparar
Una vez que se ha definido el enfoque, el siguiente paso es identificar a los competidores directos o indirectos que se tomarán como referencia.
Pueden ser líderes de la industria o empresas de otros sectores que se destaquen en las áreas de interés.
3. Recopilar datos relevantes
En esta etapa se recolectan datos cuantitativos y cualitativos sobre las métricas de rendimiento de las empresas seleccionadas.
La información puede obtenerse a través de informes públicos, estudios de mercado, entrevistas, encuestas, o mediante el uso de herramientas de análisis especializadas.
4. Analizar y comparar
Con los datos en mano, se realiza un análisis detallado para comparar los rendimientos y procesos de la empresa con los de las organizaciones seleccionadas.
Es fundamental identificar las brechas, las áreas en las que la empresa está por debajo de los estándares de referencia, y también las áreas en las que supera a la competencia.
5. Identificar mejores prácticas
El análisis permite detectar cuáles son las prácticas que llevan a las empresas líderes a obtener mejores resultados.
Estas mejores prácticas deben ser documentadas y evaluadas en el contexto de la propia empresa.
6. Desarrollar un plan de acción
Con la información obtenida, se debe elaborar un plan de acción detallado que incluya las mejoras necesarias, los recursos requeridos, el cronograma de implementación y los responsables de cada tarea.
El objetivo es adoptar y adaptar las mejores prácticas para mejorar el rendimiento de la empresa.
7. Implementar y monitorear
Una vez que el plan de acción esté listo, es hora de ponerlo en marcha. Es importante monitorear de cerca la implementación para asegurarse de que se están logrando los resultados esperados.
El monitoreo continuo permite ajustar las estrategias según sea necesario y garantiza que los cambios sean sostenibles a largo plazo.
8. Revisar y repetir el proceso
El benchmarking no es una actividad única, sino un proceso continuo.
Después de la implementación, es crucial revisar los resultados y comparar nuevamente con los estándares de la industria para asegurar que la empresa siga mejorando y manteniendo su competitividad.
Qué es el análisis de la competencia
Mientras que el benchmarking te permite medir tu rendimiento frente a los líderes de la industria, el análisis de la competencia te ayuda a comprender a fondo las estrategias de tus rivales.
Se trata de un proceso en el que una empresa evalúa y estudia a sus competidores para entender mejor su posición en el mercado.
Este análisis permite identificar las fortalezas y debilidades de los competidores, así como las oportunidades y amenazas que podrían afectar la estrategia comercial de la empresa.
Al conocer cómo operan otras empresas en el mismo sector, una compañía puede desarrollar tácticas para mejorar su estrategia de precios, diferenciarse en el mercado y anticipar movimientos de la competencia.
Si quieres saber como hacer un análisis de la competencia te recomendamos leer el artículo “3 pasos para realizar un análisis competitivo”.
Benchmarking vs. Análisis competitivo: cómo elegir la mejor estrategia
El benchmarking y el análisis de la competencia son enfoques valiosos, pero su aplicación depende del contexto y los objetivos específicos de tu empresa.
El benchmarking es ideal para medir el rendimiento de tu empresa en comparación con líderes de la industria o con tus propios estándares pasados.
Es muy útil a la hora de mejorar procesos internos, optimizar la eficiencia e identificar oportunidades de innovación.
Por otro lado, el análisis de la competencia es más adecuado cuando necesitas entender las estrategias de tus rivales, identificar amenazas o detectar oportunidades en el mercado.
Este enfoque es esencial para empresas que están entrando en un nuevo mercado, lanzando un nuevo producto o ajustando su posicionamiento.
En resumen, mientras el primero se enfoca en mejorar el rendimiento interno, el segundo te ayuda a fortalecer tu posicionamiento estratégico.
Usados juntos, proporcionan una perspectiva integral que potencia tanto la eficiencia interna como la competitividad en el mercado.
Conclusiones
Mientras que el benchmarking es más pequeño y se centra en los procesos comerciales individuales, el análisis de la competencia tiene un alcance mayor y se centra en estrategias y objetivos generales.
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